La investigadora postdoctoral del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de O’Higgins (UOH), Dra. Camila Pérez, hace un balance histórico respecto de este hito educativo y sus implicancias en nuestro país.
Sin duda, la educación en Chile ha sido un tema de debate que ha perdurado en el tiempo y del que distintas generaciones han sido testigo. Parte importante de este contexto histórico fue la Ley de Educación Primaria Obligatoria (LEPO), que recientemente cumplió 100 años desde su publicación en el Diario Oficial en 1920 y que se estableció con el objetivo de que el Estado garantizara que cada niño y niña tuviera acceso gratuito a los centros educacionales y velara para que se cumpliera esta normativa.

En este 2020, tras 100 años de su creación, la investigadora postdoctoral del Instituto de Ciencias de la Educación de la UOH, Dra. Camila Pérez, explica que “si bien la promulgación de la LEPO fue motivo de innumerables celebraciones y desfiles en los que participaron todos los sectores políticos, profesores, estudiantes y apoderados (luego de discutirse por dos décadas en el Congreso y ser objeto de debates por casi medio siglo), éste no tuvo un impacto inmediato en el sistema escolar ni en la sociedad chilena. La ley estableció el rol del Estado como garante de la educación primaria, pero en un contexto en que el hambre obligaba a las familias a buscar diversos modos de subsistencia, la LEPO poco pudo hacer”.
En este sentido recalca que “la investigación histórica ha demostrado que la universalización de la educación primaria recién se logró durante el Gobierno de Eduardo Frei Montalva, en la década de los 60, luego de implementarse una reforma estructural en el sistema educativo”.
Aunque tal como relata la académica, hubo una gran demora en este proceso, destaca que es indiscutible el impacto simbólico de esta ley en el país que, de no haber sido discutida e implementada, Chile no sería el país que conocemos hoy. “La verdad es que no me imagino la historia educativa del país sin un hito similar a este, principalmente porque la aprobación de leyes de obligatoriedad escolar son parte fundamental de la Constitución de los sistemas educativos nacionales, tanto en Europa como América”, manifiesta la Dra. Camila Pérez.
LEPO y actualidad
Ahora, Chile y el mundo viven un contexto de pandemia por Covid-19, que ha dejado en evidencia distintas brechas sociales. Y trasladando esta ley al 2020, la investigadora UOH sostiene que “la LEPO, al establecer la educación primaria como derecho social, permite repensar la actualidad educativa y social del país. Aún tenemos innumerables deudas en materia de educación escolar. La investigación educacional ha demostrado en las últimas décadas que el Estado no garantiza una educación de calidad, integral, para todas las niñas y niños del país. Sin ir más lejos, la pandemia ha visibilizado las carencias estructurales que afectan, por ejemplo, a estudiantes de escuelas rurales ubicadas en sectores apartados geográficamente”.
Asimismo, hace énfasis en que “la actual crisis sanitaria, el limitado acceso a internet dificulta fuertemente la posibilidad de educarse de miles de niñas y niños. En este sentido, me parece que la conmemoración del centenario de la LEPO es una importante posibilidad para repensar la actual coyuntura sociopolítica y educativa en la cual estamos situados, de cara a un plebiscito que tiene como horizonte posible la elaboración de una nueva constitución política para el país”.
En cuanto al aporte de las universidades estatales en el ciclo educativo, Pérez señala que es fundamental, “dado que posibilitan la continuidad de trayectorias educativas que estudiantes que, en otras circunstancias, no hubiesen podido ingresar a la educación superior. Además, como es el caso de nuestra institución, las universidades públicas regionales no sólo contribuyen a descentralizar el acceso a una educación universitaria de calidad, sino también porque impactarán en el desarrollo social, material y cultural de la región”.
Historia

Según indica la Dra. Camila Pérez, la LEPO fue derogada en dos oportunidades. “Primero en 1929, en el marco de la aplicación de una contrarreforma impulsada por la dictadura militar de Carlos Ibáñez del Campo. Si bien el decreto n.° 5291, que derogó la LEPO promulgada en agosto de 1920, contenía la mayor parte de las disposiciones originales, estableció algunos cambios, perfeccionándola. Por ejemplo, determinó la obligación no sólo de padres y guardadores a cumplir con la obligación escolar, sino también de patrones. Este nuevo texto de la LEPO -la versión definitiva- estuvo vigente íntegramente hasta fines de la década de 1970, cuando la dictadura civil militar de Pinochet comenzó a derogar paulatinamente los artículos que la conformaban en el contexto de implementación de una reforma educativa de carácter estructural, orientada al mercado”, puntualiza.
Para conocer más sobre los trabajos relativos a la historia de la LEPO realizados por la Dra. Camila Pérez, invitamos a revisar el libro “A cien años de la Ley de Educación Primaria Obligatoria. La educación chilena en el pasado, presente y futuro”, coordinado por los doctores Alejandra Falabella y Juan Eduardo García-Huidobro.