A propósito de celebrarse el 29 de agosto el Día Mundial del Gamer o Día Mundial del Videojuego, abro esta columna para compartir algunos datos de interés en un campo que está en su época dorada y se proyecta con un crecimiento imparable.

El mercado de los videojuegos creció en los años 80 (sumo a esta fiesta el conocido juego de arcade Pac-Man) e invadió todas las plataformas digitales a principios del siglo XXI. Sin embargo, fue en el año 2008 cuando un conjunto de publicaciones especializadas en videojuegos en España – PlayManía, Hobby Consolas y PC Manía – impulsaron la idea de fijar el 29 de agosto como el Día del Gamer para reivindicar esta nueva cultura global. Desde entonces, cada año lo celebramos. Unity – una plataforma para crear contenido interactivo – señala que “actualmente, los videojuegos superan a las industrias de la música y el cine combinadas, en cuanto a su popularidad y crecimiento de ingresos…. De hecho, algunas fuentes afirman que todo este sector crecerá de forma exponencial.” Esta idea la confirma Newzoo en el informe del mercado global de juegos (junio, 2021) que reportó cifras de impacto: 3 billones de jugadores globales; 175,8 billones de dólares en el mercado global de los videojuegos y 1.084,1 millones de dólares en los deportes electrónicos (e-sports o ciberdeportes); y todas las categorías con proyecciones de incremento año a año. A esta descripción del mundo de los videojuegos en cifras, sumaré dos perspectivas que aportan influencia al creciente sector: los jugadores y los profesionales (pro).
Habilidades ligadas a los videojuegos
Por lo general, los videojuegos suelen ser desafiantes. Los gameplay más populares se caracterizan por la dificultad, el alto contenido interactivo, el estímulo multisensorial y el aprendizaje como parte esencial de la narrativa. Desde el lente del jugador, esto abre posibilidad al desarrollo de habilidades sustantivas para la vida, como la memorización, la atención, la precisión, el enfoque, la toma de decisiones, el liderazgo, el trabajo en equipo y la creación de conexiones sociales. Desde una visión más profesional, podemos hablar de múltiples enfoques disciplinares. Lo que vemos en un juego tiene mucha acción e historia que contar; se trata de un proceso creativo que parte con una idea, un storyboard que permite describir el poder narrativo del juego (quien escribe), la composición digital (quien diseña las propuestas visuales), la programación del gameplay (quien implementa mediante un lenguaje la mecánica, la diversión y el gancho del juego), la distribución y su comercialización (quien produce y administra).
En suma, se necesita un gran equipo creativo para que un videojuego llegue a los jugadores. Otra mirada profesional es la del gamer. En este sentido, Mariano Tapia, presidente de la Asociación Peruana de Deportes Electrónicos y Videojuegos (APDEV) señala que “un profesional de los e-sports debe ser disciplinado y seguir un estricto entrenamiento físico y mental para desarrollar sus capacidades de la mejor manera”. De este lado, hay muchas variables a considerar: el entrenamiento, la disciplina, la alimentación, la capacitación, la experiencia y la popularidad del juego; sin duda, todas influyen en el éxito profesional del gamer. Los datos y las perspectivas compartidas sólo reflejan que la industria de los videojuegos está en constante crecimiento. Jugar conecta y abre posibilidades para sumarse también al lado creativo; después de todo convertirse en gamer o creador es una elección de vocación, disciplina y aprendizaje permanente. Yitán Tribal, el protagonista de “Final Fantasy IX” señala “nadie es innecesario”, para dejar claro que todo el mundo puede desarrollar un propósito que lo guíe. ¡Sea cual fuere tu propósito, te invito a desarrollarlo!
Por: Rosa Rao C.
Docente de la carrera Ingeniería en Informática
IP Santo Tomás Rancagua *