Actualidad Educación

¿SEGURO QUE NO SABES MATEMÁTICAS? DESCÚBRELAS EN LAS TAREAS DOMÉSTICAS

En una salida familiar, he tenido la dicha de encontrarme con una interacción doméstica de una madre con su hijo. Ésta se vuelve relevante para el tema cuando él le menciona a su mamá que doblará las sábanas colgadas en el patio, así no se pasan de humo con el asado, a lo que ella le responde: “Dóblalas por lo ancho, que si no queda muy arrugada o mal doblada”. Ante esto, me di cuenta de la confusión de la cara del joven y más aún cuando se paró a mirar las sábanas en el patio y no comprendía cuál era la lógica que relacionaba la madre. Esto último se asocia a conceptos geométricos (largo y ancho) y algebraicos (el doble de) en la rutina de una familia, mostrando que no aprovechamos el cúmulo de estímulos matemáticos que se encuentran en las tareas domésticas: cocinar, lavar, limpiar, etc. En este espacio, constantemente van interactuando con diversos estímulos matemáticos, tales como las nociones más simples inicialmente aprendidas, hasta los números racionales. Para dar entendimiento empírico y comprobable de ello, ejemplificaré y fundamentaré la utilidad de la matemática al cocinar arroz, entendiendo que hay estímulos que pueden aplicar a infantes, adolescentes y adultos, se debe ser consciente que cada uno tiene una etapa madurativa y comprensiva independiente.

Un ejemplo práctico

Al preparar arroz, si el sujeto aprendiz es mayor, se le debe señalar que cada producto que él corte, debe ser bajo la lógica de la proporción, comprendiendo que cada trozo de ajo debe ser equitativo al anterior, y en caso de utilizar más de uno, se comprende que por un ajo, existen “x trozos”, por lo que, por dos ajos, existen “2x trozos”. El símbolo suena terrible, pero básicamente es decir que, si de un ajo saque 5 trozos, del otro también debo sacar 5 trozos por ello el “2x” (que en lenguaje algebraico es el doble de algo) y así continúa aumentando o disminuyendo según la necesidad. Luego, al hacer el sofrito de verduras, previo al arroz, aplicamos el uso de unidades de medidas: tiempo, el uso probabilidades y de cuantificadores, los cuales se comienzan a aprender desde que somos infantes. Por ejemplo, “más, menos o igual que”: si dejo sofreír las verduras “más que 5 minutos” la verdura es bastante probable que se me queme, si la dejo “menos que 5 minutos”, es poco probable que lleguen a su punto de cocción, mientras que s la dejo “igual a 5 minutos”, es seguro que quedarán bien cocidas. Si quieren ser más técnicos pueden utilizar estimaciones del calor: fuego medio alto, medio bajo, alto. Omitiremos las relaciones simples de causa-efecto en manipulación de la cocina, eso se lo dejamos a su criterio, aunque no está demás agregar algunos ejemplos de éstas para que el aprendiz las maneje: “No prender la cocina, es que no podré cocinar”, “Si meto la mano al fuego, me quemo”, “Si pongo el fuego muy alto, puedo quemar la comida”, “Si no agrego sal, quedará sin sabor (a gusto personal)”. Al manipular el arroz, se utilizan las proporciones, que son una igualdad de dos razones (ideas), por ejemplo: existe la razón de por 1 taza de arroz, son 2 de agua, pero ¿qué sucede si quisiera hacer el doble de arroz? La proporción me indica que debo agregar exactamente lo mismo, por ende, si es el doble de tazas de arroz, es el doble de tazas de agua, y así es como las cantidades (concepto matemático) de comida, pueden ir estableciéndose para lograr perfeccionar el actuar rutinario. Luego, se siguen utilizando variables de tiempo, entre otros componentes.

Las matemáticas en el día a día

Las bases curriculares y su desarrollo de competencias orientan la vinculación de las matemáticas en el contexto rutinario, para hacer más amigable la adquisición de procesos que, de complejos, sólo tienen el nombre. La idea principal, es encontrar las matemáticas en el día a día, en situaciones donde algún integrante de un núcleo familiar pueda ser capaz de aprender o fortalecer las matemáticas en su rutina. La misión es abrir espacios para ello, motivando la interacción diaria con la numeración, que desea ser implícita en el acto, pero que en nuestra lógica debiese ser una acción consciente, hasta mecanizarla. La disciplina psicopedagógica tiene la misión de quebrar el paradigma y carga negativa que incluyen las matemáticas en la sociedad, y motivar que se aprenda con una metodología activo-participativa, implementando una diversificación que incluya el contexto cultural y social. La búsqueda de respuestas en lo académico y teórico, con autores constructivistas tales como Jerome Bruner y Jean Piaget, en matemáticos que han aportado a la educación como Zoltan Pal Dienes y Ricardo Cantoral, autores desde la investigación educativa como Don Miguel Santos Guerra, además de toda la praxis otorgada desde lo profesional con profesores de matemáticas y estudiantes del Instituto Santo Tomás, han facilitado la posibilidad de escribir este artículo para mejorar la forma en que integramos la matemática en nuestras vidas.

* Sobre el autor: Nicolás Contreras León es psicopedagogo con experiencia en el área de la educación regular con orientación al desarrollo de las matemáticas a nivel curricular. Tiene formación profesional orientada a la inclusión escolar y los procesos de evaluación, diagnóstico e intervención de las dificultades de aprendizajes, con capacitación para la intervención en grupos familiares. Cuenta con especialización en el liderazgo organizacional con equipos de trabajo y con perspectivas en el liderazgo afectivo.

Por Nicolás Contreras León

Docente de las carreras del Área Educación

IP-CFT Santo Tomás Rancagua

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *