Conocer nuestra fauna nativa es indispensable para que establezcamos lazos sensibles que nos motiven a su protección, y en el largo plazo, hacia su Conservación. Solo de esta manera será posible que las futuras generaciones puedan entender la riqueza natural de Chile, más allá de las fotografías y el contenido digital, sino que en sus hábitats y paisajes silvestres.
De seguro que muy pocos habitantes de la región de O’Higgins han tenido el privilegio de ver en directo un gato Guiña. Para algunos suena a esos seres mitológicos que nos contaban nuestros abuelos en el campo, para otros es un animal del sur del país, nunca de por acá de Chile central. Es que la Guiña, uno de nuestros más bellos felinos nativos, ha debido adaptarse evolutivamente para ser un ninja, una especie críptica, nocturna, que se desplaza sigilosamente entre el bosque y el matorral (muchas veces trepando entre árbol y árbol), evitando ser vista. Así, evita tanto a sus enemigos naturales, como al ser humano, que desde hace décadas la ha perseguido para darle caza, en el continuo conflicto del hombre con los carnívoros.
Pero la Guiña persiste, resistente y resilente, ahí, en el bosque nativo, muchas veces cerca de zonas pobladas, que se acercan y adentran en el hábitat ancestral en el que ha sobrevivido por milenios.
La Guiña es el felino nativo más pequeño del continente americano, y el segundo más pequeño a nivel mundial. Pesa menos de 3 kg, tiene una longitud corporal de 45-50 cm más 20 cm de cola, puede vivir hasta 12 años en condiciones naturales y tiene camadas de entre 1 a 4 crías. Su patrón de coloración común es café con manchas negras dispersas, tipo aleopardado o “moteado”, pero algunos pocos individuos, pueden presentar el patrón melánico, es decir negro en diferentes tonalidades, pareciéndose a una mini pantera. Se distribuye mayormente en territorio chileno, desde la región de Coquimbo hasta la región de Aysén, pero hacia el sur, algunas poblaciones también están presentes en territorio argentino, por lo que la especie seria endémica a nuestros dos países del cono sur americano. Habitando esta pequeña porción del territorio continental, se transforma en un patrimonio genético y natural importantísimo de proteger y conservar.
Diego Ramírez-Alvarez, es especialista en carnívoros nativos del Guiña Working Group GWG, organización binacional que trabaja específicamente en investigación aplicada, reducción de amenazas, educación y difusión para la conservación de la especie, y nos cuenta sobre el estado de este felino en Chile central “En nuestra región la Guiña se distribuye principalmente en los cordones de la Cordillera de la Costa, donde mantiene poblaciones viables ocupando el bosque nativo esclerófilo y el matorral espinoso, entre cuyas quebradas de vegetación densa, mantiene sus sitios reproductivos. Desde estas áreas naturales, que son su hábitat original, se va desplazando hacia el valle, incluso insertándose en paisajes agrícolas, monocultivos forestales, y áreas urbanizadas, que cada vez van acercándose más aceleradamente ocupando sus territorios silvestres”.
En cuanto a las amenazas que enfrenta la especie, Diego nos señala que “La pérdida de sus hábitats originarios es la mayor amenaza que enfrenta la Guiña hoy en día; incendios, parcelaciones, loteos habitacionales y actividades humanas que cambian el uso del suelo y talan bosque y matorral nativo para uso productivo, hacen que el felino pierda su fuente de vida, sus refugios, sus zonas de alimentación y reproducción. Como no encuentran parejas reproductivas cercanas, deben aventurarse y desplazarse mucha mayor distancia atravesando áreas urbanizadas y fragmentadas por carreteras, donde terminan atropelladas o atacadas por perros domésticos que les dan muerte. Como no encuentran sus presas naturales (aves y roedores silvestres), bajan a poblados rurales y se meten a los gallineros en donde muchas veces el ser humano les da muerte”. A estas amenazas nos cuenta que se debe agregar el impacto de las enfermedades infectocontagiosas que les transmiten los gatos domésticos, virus que van diseminando al transitar libremente por las áreas silvestres.
Por eso es muy importante trabajar para la conservación de este bello felino nativo, patrimonio natural, entender que está presente en todas las comunas del área costera de nuestra región de O’Higgins, por ahí en nuestros bosques, a veces más cerca de lo que pensamos. Además, al proteger a la Guiña estamos protegiendo a varias otras especies menores de nuestra fauna, ya que actúa como una especie paragua, si conservamos su hábitat, estamos conservando el hábitat en donde viven muchas otras especies nativas de reptiles, anfibios, aves, roedores, etc., y conservando el importantísimo bosque esclerófilo, el pulmón verde clave de todos los servicios ecosistémicos de Chile central.
El Guiña Working Group (IG: @gwg.guigna), activo en nuestra región, investiga y trabaja en diversos frentes para la conservación de esta maravilla natural; realizan actividades de difusión, para que las comunidades sepan de la presencia de esta joya faunística en sus territorios, motivando así la protección desde los propios habitantes y sociedad civil; en conjunto a la Fundación Con Garra, el SAG y el MOP, están gestionando la instalación de letreros camineros para prevenir atropellos en las vías rurales; y una muy importante línea de trabajo es promover la conservación de territorios privados a través de derecho real de conservación, con sus hábitats y paisajes nativos, que dan refugio a la Guiña como objetivo relevante de protección.
Así que atentos cuando paseen por el bosque esclerófilo de nuestra región, si tienen el escaso y fugaz privilegio de ver pasar un bello ninja de traje aleopardado, orejas redonditas y franjas oscuras en su rostro, estarán observando uno de los últimos felinos nativos resilentes de nuestro Chile central, que solo habita esta pequeña porción del territorio sudamericano, y que necesita del compromiso de todos nosotros para seguir existiendo.
Diego Ramírez Alvarez. MV. MSc.
Miembro de Guiña Working Group
Fotos autoría Carito Sánchez.