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MUNDIAL SUB-20, ¿VERDAD QUE SE JUEGA EN RANCAGUA?

En abril de 1987 el Papa Juan Pablo II, visitaba Chile y congregaba a miles y miles de feligreses en las calles. El gran personaje religioso pasó por el Hospital Militar y tuve la oportunidad de ver su aura mágica y prístina, inigualable en cualquier otro ser humano.

Días más tarde, mi abuelo, en ese mismo recinto, perdía la vida con el dolor que eso genera en un nieto cercano y que lo veía como un padre presente.

Pero el destino me tenía preparada una jornada histórica. Recuerdo perfecto la convulsión en el país, tanto en lo político como en lo deportivo.

Se volvían a reabrir los registros electorales después del ‘73 para mantener o derribar la dictadura; la nación celebraba a la primera Miss Universo, Cecilia Bolocco; Los Prisioneros lanzan su disco La Cultura de la Basura y el fútbol le abría las puertas al Mundial Juvenil, entre el 10 y 25 de octubre.

Mi papá junto a su propio papá, me llevaron a ese partido inaugural en el estadio Nacional con 70 mil personas en las gradas. Perdimos bajo lluvia intensa (mojados hasta los calzoncillos), frente a Yugoslavia, que terminó siendo campeón y ese día nunca más lo olvidé.

Para un futbolero, independiente de la edad (gozaba de 9 inocentes años) esos episodios felices no se borran aunque recetees el futuro.

Y cuando hoy me dicen que este mismo evento planetario se juega en Rancagua, en una de sus cuatro sedes, la verdad me cuesta creerlo. A días de iniciar, cero ambiente, nula coordinación entre autoridades que se “tiran el mantel” a cada rato y se pegan codazos en la foto de portada, o bien hacen actividades y ninguno se invita mutuamente.

Los recursos estatales provenientes de instituciones ligadas, fueron negados hasta el último suspiro, aquello por no pertenecer a la misma corriente política.

Cada uno disputa su propio partido ideológico absurdo,  lo que incide en la escasa información sobre el mismo en la ciudadanía. No son pocos incluso, los que creen que esta cita, no es más que un estorbo para esperar el regreso de O’Higgins en el torneo nacional.

Han hecho todo tan mal, señalaron que no quedaban entradas y lo cierto es que aún hay de sobra (4% vendidas). Una cancha de entrenamiento (ANFA), no pasó las condiciones mínimas por los organizadores, luego de ya innumerables revisiones.

No se cumplió con la renovación y hermoseamiento de los entornos, mucho menos en la infraestructura imponente dentro del complejo Patricio Mekis. Cambiaron el tradicional desfile por el aniversario de Rancagua para el 01 de octubre, etc, etc, etc.

Si no es por Codelco y seamos sinceros, el mundial no tiene cabida, por ningún motivo en la capital regional. Fueron ellos los que tomaron el “toro por las astas” y decidieron poner las “lucas” necesarias para mejorar el estadio, que digámoslo y ahora sí con toda razón, les pertenece sin discusión.

Ojala que por el bien de los que trabajaron en serio y no solo se juntaron para “sacarse los trapitos al sol” en reuniones aburridas, todo salga bien.

Ojo para los “memoriones”, en Rancagua hubo más y demasiado ambiente para la Copa América 2015, ocasión en la que se jugaron solo famélicos dos cotejos.

El último llamado, es para que los líderes sociales, algunos designados y otros democráticos, unan sus manos, aunque sea a pocos días del corte de cinta y lleven la tarea decentemente.

Un mundial, sea de la disciplina que sea, es mucho, mucho, ¡muchoooo más importante que ustedes, que son pasajeros y jamás permanentes!.

Manuel Polgatis-Periodista

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