El solo concentrar la actividad física durante el fin de semana puede aumentar la rigidez muscular, tener una sobrecarga en músculos y tendones, mientras que el estrés previo a Navidad puede aumentar la tensión y una alteración del sueño.
El sedentarismo laboral es un fenómeno que poco a poco se ha ido incrementando y tiene su punto más álgido durante el mes de diciembre, ya que muchas de estas personas no tienen mayor movilidad en la semana y concentran toda su actividad física durante el sábado y domingo debido a la falta de tiempo durante los días laborales, enfrentando riesgos físicos como fatiga acumulada, lesiones musculares o agotamiento.
A fines de 2023 el Ministerio de Salud advirtió que el estrés de fin de año puede afectar no solo a la mente sino que también al organismo, por lo que recomienda tomar tiempo para descansar, practicar técnicas de relajación, y hacer ejercicios regularmente. El estrés o la ansiedad pueden desencadenar dolores musculares como contracturas, ya que la contracción continua de uno o más músculos frente a una situación estresante es una respuesta natural del organismo.
Desde la Clínica de Recuperación de Lesiones (CRL), el no realizar actividad física durante la semana reduce la activación de los músculos y la circulación, favoreciendo la rigidez, el cansancio y menor capacidad de respuesta física.
“Diciembre trae muchos desafíos como jornadas laborales intensas, menos movimiento durante la semana y un mayor nivel de estrés emocional por el cierre del año y las festividades. Esta combinación puede aumentar la rigidez muscular, generar fatiga y elevar el riesgo de lesiones si no distribuimos bien la actividad física”, señala Claudio Troncoso, especialista en Medicina del Deporte de la Clínica CRL.
Agrega que la “compensación” que se hace de entrenar solo los fines de semana genera cambios importantes y repentinos de carga, sin la adaptación gradual que los músculos y tendones necesitan para estar preparados. El concentrar todo el ejercicio sólo en sábado y domingo, sin preparación progresiva expone al cuerpo a riesgos como sobrecarga aguda en músculos y tendones, menor control muscular por fatiga y una mayor probabilidad de desgarros, esguinces, lumbago y dolor tendíneo reactivo, de acuerdo con principios del American College of Sports Medicine y publicaciones del British Journal of Sports Medicine.
Respecto al estrés emocional, este también se refleja en el cuerpo. “Se activa el sistema nervioso simpático, aumentando hormonas como el cortisol. Cuando esta alerta es sostenida (estrés crónico), los músculos no alcanzan a relajarse completamente, favoreciendo contracturas dolorosas y menor tolerancia a esfuerzos bruscos”, dice el Dr. Troncoso.
La tensión por estrés puede generar lesiones como músculos más tensos y reactivos ante estiramientos o sobreesfuerzos y el aumento de reflejos de contracción mediados por el huso neuromuscular, que es el sensor que detecta estiramiento dentro del músculo huso neuromuscular. También puede generar alteración del sueño y una mayor tendencia a cronificar dolores. “Si hay tensión por estrés o dolor muscular persistente, es fundamental consultar temprano ya que muchas lesiones parten como una contractura que no se trató a tiempo”, indica el profesional.
En cuanto a las lesiones frecuentes por la mala distribución del ejercicio y la falta de regularidad semanal se destacan las lesiones por sobreuso, los desgarros musculares por esfuerzos esporádicos intensos, lumbago mecánico por baja tolerancia a la carga sin estabilidad adecuada, y tendinopatías reactivas, que aparecen cuando la carga supera la capacidad del tendón en poco tiempo, sin adaptación gradual.
Desde la Clínica CRL – donde realizan tratamientos intensivos para bajar la tensión física – sostienen que es ideal tener un manejo seguro y efectivo que combine pausas activas durante el día entre 5 y a 10 minutos por cada 60 a 90 minutos sentado. Además, realizar terapias físicas como calor localizado, masoterapia, movilidad suave y fisioterapia para disminuir contracturas y restaurar elasticidad.
“También es aconsejable realizar estrategias para reducir el estrés corporal como respiración diafragmática, mindfulness o apoyo clínico si afecta la calidad del sueño y recuperación, y si el caso lo requiere, tener un uso breve de medicamentos como AINEs o relajantes musculares, solo bajo indicación médica, sin reemplazar la rehabilitación activa”, explica el Dr. Claudio Troncoso.
Sobre CRL
La Clínica de Recuperación de Lesiones (CRL) fue oficialmente fundada en 2018 con el propósito de transformar la práctica médica al proporcionar soluciones más resolutivas y precisas para lesiones que requerían un enfoque más avanzado que el tratamiento conservador, pero menos invasivo que la cirugía. Este hito significativo fue impulsado por los socios fundadores, Felipe Fernández y Felipe González. Juntos, consolidaron e implementaron un modelo de atención médico-kinésico único.




