El centro de salud debió hacer frente a un aumento de veraneantes, lo que aumentó exponencialmente las atenciones, especialmente de urgencias.
Termina el verano y la población flotante comienza a abandonar la comuna de Pichilemu, uno de los indicadores más claros de esta disminución es la baja en el número de atenciones, principalmente de urgencias, que tiene el hospital comunal. Así lo deja en claro el director del establecimiento pichilemino, Dr. Alejandro Cerda, quien realiza una positiva evaluación tanto del funcionamiento del sistema de salud, como también del comportamiento de la comunidad.
Lo primero que menciona el profesional médico es que “vimos reflejado en la atención del Servicio de Urgencias un gran aumento en las consultas desde enero en adelante, debido a toda la gente que llegó desde distintos lugares de la región y del país; principalmente las patologías eran gastrointestinales, picaduras de insectos, accidentes traumatológicos como caídas o esguinces”.
“Destacar que la penúltima semana de febrero se desarrolló la semana pichilemina en la que vino mucha gente durante las celebraciones, actividades y conciertos que se hacían y sí, también vimos un impacto de esto en el Servicio de Urgencia, particularmente en las noches, porque había mucha más gente en la calle, en las playas. Esto va relacionado con la ingesta excesiva de alimentos y de alcohol”, agrega la máxima autoridad del Hospital de Pichilemu.
El funcionario valora que pese a “que vino mucha gente este verano, lo que se notó en el gran tránsito vehicular que había en la ciudad, gran cantidad de personas en las playas, en los restaurantes y la urgencia no fue la excepción, pero con el refuerzo de personal que teníamos, pudimos dar buena respuesta a los tiempos de espera, incluso mejor que en años previos. Éstos fueron de moderados a bajos incluso, principalmente los fines de semana porque contamos con tres médicos en horario diurno entre 10 y 22 horas, entonces la atención era muy rápida. En la semana que también había varias consultas, los tiempos de espera no pasaron de las tres horas máximo en aquellas consultas que no eran urgentes, porque no hay que olvidar que la urgencia atiende por prioridad, por orden de gravedad y no por orden de llegada”.
Otro aspecto que el Dr. Cerda destaca es el trabajo en red, comentando que “a nivel de traslados también funcionó bien, la red de nuestros equipos móviles supieron dar buena respuesta a los traslados a Santa Cruz, hubo una buena coordinación, lo mismo el equipo de enfermería en el Servicio de Urgencias, el refuerzo de TENS también ayudaba a pasar más tratamientos, más exámenes y tener más pacientes en observación que años anteriores, encuentro que fue un balance positivo, el equipo de urgencia fue exigido, pero respondió positivamente”.
El director además reconoce que la comunidad también fue un aporte relevando que “nosotros manejamos cifras que a la ciudad llegaron entre 80 mil a cien mil personas, considero que para llegar bastante gente, la población veraneante se portó bastante bien. Tampoco hubo accidentes automovilísticos graves que lamentar, entonces eso yo creo que hay que destacarlo, yo agradezco a la población que vino, porque celebró de forma responsable, se hizo cargo de su salud y consultó cuando lo estimaba conveniente”.
Finalmente, Eduardo Cerda, manifiesta su satisfacción por cómo se sacó adelante este desafío agradeciendo a “Carabineros que tuvo un gran contingente policial, con harta fiscalización, agradezco también el comportamiento de todos los veraneantes y agradezco aún más al equipo de urgencias, al personal médico, no médico, de enfermería, de TENS, de recaudación, de todos en general, por su gran labor”.