“El trabajo que estamos haciendo con Corfo en O’Higgins queremos que sea un ejemplo para el país y que este modelo se pueda aplicar en otras zonas para impulsar el desarrollo agrícola”.
El presidente del Consejo Estratégico del PTI AgroTerritorio de Corfo se refiere a los beneficios del programa para los agricultores de la zona, a la gestión del recurso del agua en el secano costero, las tecnologías que han entrado a la industria y a los nuevos cultivos que están impulsando la actividad de la región.
Federico Assler es el presidente del Consejo Estratégico del Programa de Territorio Integrado PTI AgroTerritorio, proyecto que busca apoyar el desarrollo agrícola en 5 comunas del secano interior de la región y así consolidar un ecosistema productivo, con un enfoque tecnológico, de innovación, desarrollo e inversión. Financiado por Corfo, el programa entre sus múltiples actividades realiza un levantamiento de información sobre los tipos de cultivo que tengan las mejores condiciones, tanto productivas como económicas para la zona, y así impulsar la actividad agrícola de la región.
“Este programa se creó con una idea bastante innovadora y a la vez obvia. Lo que hace es levantar a todos los posibles beneficiados en la zona para después comunicarse con ellos, informarlos, guiarlos y asesorarlos en este tipo de reconversión agrícola. Esto es muy positivo para la zona, sobre todo pensando que privados, al alero del Estado, han puesto en operación un sistema de regadío bastante importante y debería ser un ejemplo para el país completo. Es súper bueno que este programa pueda informar a la gente y hacer uso de este gran sistema de regadío que proviene del embalse Convento Viejo y sacarle más provecho agrícola a la zona”, dice Assler.
En cuanto al rol que juega Corfo en el programa, Assler lo califica de “muy importante, creo que han dado en el clavo porque es un sector que puede crecer muchísimo agrícolamente y la solución hídrica, que es el Convento Viejo, ya está”. Además, y gracias al programa y a Corfo, se están introduciendo en la zona nuevos cultivos que eran experimentales, como el cultivo de cáñamo para hacer fibra, aceites y alimentos; frutillas, soya y más. “Esto ayuda a que la zona crezca aún más porque le amplía la paleta de productos. En ese sentido, Corfo ha tratado de guiar el programa hacia los nuevos cultivos”, agrega.
Para el presidente del Consejo Estratégico del PTI, la clave del programa es que se entrega un apoyo tanto técnico en la parte agronómica como también financiero para personas que necesitan de ayuda para levantar sus proyectos. “Lo técnico ayuda a identificar problemas de riego, de poda, producción, etc., y la parte económica se preocupa de que haya un buen uso de los recursos, de proyectar el crecimiento, gasto y más. El éxito de este proyecto no está dado en que el subsidio se entregue, sino que el proyecto beneficiado tenga éxito”.
Ante las nuevas tecnologías que pueden ser un aporte para el desarrollo del territorio, Assler destaca en primer lugar la importancia de la asociatividad. “El agua siempre existió, pero había un mal aprovechamiento y ahora se dieron cuenta que hay que organizarse para aprovechar el agua. Por el lado de la tecnología, todavía hay mucho riego por surco, mucho cultivo manual y consumen una gran cantidad de agua. Cuando uno habla de reconversión en temas hídricos y tecnológicos, hay un mejor uso del agua, se pueden plantar cultivos que aporten más a la región, que dan más empleo o aumenten la producción de la zona. Si no hay una capacitación e inducción, tanto técnica como agronómica, la gente va a seguir regando por las dudas o por susto. Hoy con la tecnología disponible uno puede revisar las sondas o ver los parámetros para ver si es realmente necesario regar. No siempre la solución para mayor producción es agua, sino que un correcto uso de ella”, dice.
En relación cómo se imagina esta zona en unos 10 años más, Federico Assler sostiene que esta iniciativa “Es un ejemplo para el país de un sistema de repartición hídrica que da resultados y que se puede implementar en otras partes de Chile. Hoy, con este sistema que ya se mantiene solo, podríamos habilitar muchas hectáreas más. No hay problemas de usurpación de aguas o de derechos, el agua que se requiere se paga. Existen todavía miles y miles de hectáreas perfectas para la producción agrícola y que no estaban en uso por no contar con agua. Hoy en día la tienen y queda mucha superficie potencialmente productiva. Lo veo como un ejemplo para el país y que este modelo se pueda aplicar en cualquier región.