El investigador de la Universidad de O’Higgins plantea que la situación actual debe analizarse en el contexto histórico en que está inserta y no solo en los dos años que quedan de su mandato. Lo que primero que plantea el sociólogo e investigador de la Universidad de O’Higgins (UOH), Manuel Canales, es que “los tiempos sociales y políticos, no son precisamente los tiempos periodísticos” y es necesario pensar los dos años que le restan al gobierno del Presidente Gabriel Boric Font desde “el tiempo largo que hay hacia atrás y desde los tiempos que hay hacia adelante y que no sabemos cuáles fueren ni cuánto hayan de durar”.
Precisa que estos dos años que restan de gobierno se insertan en la historia que “comienza a fines de los ‘70 con la fundación del Chile neoliberal. Hay que ampliar la mirada para observarlo. Para mirar por qué llegamos aquí y dónde estamos. No debo comparar al Presidente y al gobierno de Gabriel Boric con los gobiernos iniciales de la Concertación, pues aun siendo del mismo tiempo histórico largo, esos primeros gobiernos administraron el apogeo del modelo neoliberal y el Presidente Boric se hace cargo de administrar la crisis del modelo. Después, por lo demás, de haber explotado ya, y con el estruendo sabido, aquella crisis de octubre de 2019”.
El investigador UOH asevera que al Presidente Boric “se le puede comparar, y no sale tan mal parado, con los gobiernos del recientemente fallecido Ex Presidente Piñera. También él debió gobernar o administrar con el modelo en crisis. Y lo mismo es válido para la expresidenta Michelle Bachelet. Antes de octubre, los gobiernos hace rato ya venían a los tumbos”.
Escenario actual
Para Manuel Canales parte de la crisis es que “ninguno de los actores tiene una visión mínima de salida. Vea usted lo desordenado que está el mundo político y social. Se puede usar la metáfora de una lucha de batalladores descabezados. Todos los actores políticos, todos, sin cabeza. La sociedad, entonces, queda así, descabezada. Sin hegemonía, sin una orientación, sin una dirección. Apenas en la inercia, mientras hacen crisis casi todos los sistemas: salud, educación, AFP’s, desarrollo territorial. Crisis significa lo que se ‘desata’, lo que no pega, se desarma, se deforma. Acaso sea ley que lo que no se transforma como debe, pierde igual la forma, solo que como deformación continua”.
Agrega que “es todo un desorden, hasta verbal. Puros efectos, puras marcas que no harán nada. Se habla del socialismo democrático, ¿Los demás no lo son? El PPD, ¿Qué es eso? una sigla. Ya no tiene ni significado. En el fondo, no hay líderes, hay un vacío. La izquierda concertacionista se aferró al Frente Amplio para salvarse, y ahora, el Frente Amplio se aferra a esa izquierda concertacionista ya perdida para salvarse. Son los naufragios, no más, y mientras sigue la ausencia de una propuesta de futuros, de caminos, de viajes”.
Sobre la derecha señala que “quiso huir de la bestia brutal con la que se identificó por tanto tiempo, pues sintió que perdía toda posibilidad de estar, sosteniblemente, en el espacio público democrático que venía. Y ese fue su proyecto durante 30 años. Y eso va derecho al fracaso. Solo tienen la bandera de la mano dura, la bandera del castigo al mal pueblo”.
Y asevera que “aquí no habrá Bukele porque ya tuvimos a Pinochet. Y Pinochet era más duro que Bukele, mucho más duro. Pinochet era el más duro que se conozca, sin embargo, traía también un proyecto de país que avanzaba. Vemos al final que cuando ese modelo hace crisis, aparece de nuevo la sombra de esa misma derecha de antes”.
En medio de este escenario, señala Manuel Canales, “donde todos nadan como en una laguna seca, pueden prosperar formas completamente insólitas y hasta intragables de presencia política como el amarillismo. Un modo de vivir diluyéndose, palideciendo tanto que ya te confundes con lo que se llamaba, antiguamente, una excusa con lo suyo de traición, algo así dijo al respecto don Gastón Soublette”.
Opciones del Presidente
El sociólogo puntualiza que lo que pueda hacer el Presidente Boric, en los próximos dos años, tiene mucho que ver con lo que pueden hacer todos. “Y ya ve usted que ninguno ha dicho nada. Ninguno ha propuesto una interpretación potente de la crisis, al menos, y acaso un atisbo de salida. Callan. Más bien, hablan de todo lo que no sea aquello. Entonces, ¿Por qué Boric va a poder tener una fórmula? Solo le queda seguir administrando la crisis”, sostiene el investigador. Y acota que, la pregunta es “¿Cuál es su dilema en esa circunstancia? Esto no significa que no tenga que tomar opciones, orientaciones, decisiones. Pero lo primero es pararse en esta situación. Tener claro cuál es el escenario que enfrenta”.
En palabras del Dr. Canales, el mandatario está en una paradoja histórica: “cuando lo que es necesario hacer, de modo inevitable, es al mismo tiempo imposible. Cuando, para que vuelva algún orden, lo que es posible no alcanza, y lo que falta se ve imposible. Es necesario refundar el sistema de salud, pero es imposible; es necesario refundar la educación, todo el sistema educacional, es imposible; lo mismo para educación, un sistema en crisis de fundamentos, de sentido incluso, seguro que de sostenibilidad financiera y motivacional; en vivienda, un régimen de acceso a la casa ya no está funcionando hace rato y se acumula la deuda del techo digno. Es necesario refundar el modo de planificar los territorios, sí, pero parece que es imposible y seguimos usando la misma lógica que lleva a que los territorios hagan crisis continua por todas partes”.
Sostiene que es “necesario hacer refundaciones en cada uno de esos subsistemas, porque en el modo en que están funcionando, actualmente, explota la crisis, como micro crisis, como macro crisis”. Y, efectivamente, sostiene “se engaña quien cree que esto se regula por las elecciones, cuando de fondo está ocurriendo esta historia, esta crisis de la sociedad chilena que se arrastra ya dos décadas; desde el año 2005, hacia adelante, ninguno ha gobernado. Es decir, ninguno ha dirigido el barco al puerto que quería llevarlo. Ni un día”. Agrega que el estallido de octubre hablaba de “la crisis de la salud, de la educación, de la vivienda, de la planificación territorial. Y es de lo que cabe seguir hablando, porque si no se habla de eso, no hay solución a la crisis. Porque la crisis consiste en eso”.
El Presidente Boric -a juicio de Manuel Canales- tiene dos opciones. “La primera asumir el rol a lo electorero y a lo administrador del micro-equilibrio en el que puede planear; intensificando con ello, su difuminación, su disolución, en el sentido de su indiferenciación. Es decir, tenderán todos a un plano central en torno a eso de la guerra contra el enemigo interno y la inseguridad y los militares en la calle o que las Isapres y las AFP’s, porque ya nadie sabe cómo diferenciarse. De todo un poco que suma nada…Coherencia ninguna”.
Mientras que la segunda opción que el investigador cree tiene el mandatario de Chile es “gestionar la crisis desde la debilidad, con toda la humildad y la flexibilidad también, pero con visión, con una visión propia. Y si acaso con ambición. La palabra suena fea, pero habla de un querer intenso, que no suene la aspiración como sueño, sino como un querer, con voluntad, con ganas de lograrlo”.
Convocar al ser social
Y para ello, sostiene el sociólogo UOH, el Presidente requiere asumir el desafío de ser capaz de “convocar a la sociedad chilena a una conversación, a un entendimiento de su crisis. Pero esa convocatoria debe incluir a todos los componentes de la sociedad, al Chile A (blanco y pudiente) y al Chile B (precario y mestizo). Es decir, salir por la historia genuinamente: interpretar, en serio, de veras, de frente, la crisis del ser social chileno. su atragantamiento. Y no confundirse con esta representación oscura del ser social chileno que parece como ya resuelto en la idea del miedo a la delincuencia y al narco. Porque esa es, efectivamente, una representación del ser social chileno muy potente, pero, obviamente, unilateral. Y lo que hace es impedir que se sienta lo otro que se oye, que es el ser social que respira por la fractura y por la crisis de ‘cabeza’ o dirección”.
Debe saber -señala- que la historia sigue, que es tiempo de “la humildad, la flexibilidad táctica y la convicción estratégica. Y esa, no puede ser dogmática, pero sí debe hablar de la injusticia presente, aquello de lo que nunca se habla. De la patria justa, de la patria para los que sufren la injusticia. Es decir, el Presidente debe ser capaz de volver a permitir un sentimiento de patria. No de esa patria patriotera, de camiseta y guerra, sino de la patria como el conjunto humano que somos y que tiene que convivir y vivir la historia, como ha sido -por lo demás- por los siglos de los siglos que contamos”.
Para el sociólogo el tema es que el Presidente Boric “se atreva a hablar en nombre de Chile y dar una interpretación potente de la crisis que cruzamos; vencer a la toxina estomacal de una horda buscando a quien dar castigo, y volver a oír/nos, lo que todo sabemos que nos falta. Y que mientras siga faltando, seguirá en sordina el ruido de octubre, su pregunta, lo que nos llevó allí”.