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¿QUÉ SIGNIFICA HACER UNA BUENA GESTIÓN EN TIEMPOS DE RECESIÓN? EN TIEMPOS DE DIFICULTAD ECONÓMICA, INFLACIÓN Y LA AMENAZA DE RECESIÓN, UNA BUENA GESTIÓN ES FUNDAMENTAL. ¿CUÁLES SON LAS CLAVES PARA LOGRARLO?

Baja en las ventas, menores niveles de producción, impacto en la inversión y reducción de personal son algunos de los factores que más preocupan a los líderes de las empresas en momentos en que la amenaza de una recesión sigue en el aire. Y ante esta situación, es clave hacer una buena gestión. Sin embargo, ¿cómo hacerlo y de qué manera esto se convierte en una herramienta de proyección de carrera para quienes ocupan cargos de liderazgo?

“En épocas como esta, las empresas se exponen a vulnerabilidades tanto internas como externas y exigen líderes que sean capaces de superar estas dificultades. Y para eso, el mercado siempre está dispuesto a ofrecer buenas opciones de empleo para ese tipo de ejecutivos”, dijo el director asociado de Robert Half Chile, Caio Arnaes.

El ejecutivo destacó la importancia de contar con líderes capaces de enfrentar escenarios de crisis y recordó que “las empresas disputan por atraer o retener ese tipo de talentos”.

Claves de una buena gestión en tiempos de recesión

Existen algunos factores comunes que se deben considerar cuando se trata de una gestión exitosa en tiempos de recesión. Aunque algunos factores son específicos de cada industria o sector, hay elementos comunes que se deben considerar:

  1. Capacidad analítica

En cualquier período, la capacidad analítica es fundamental para el éxito de un líder, al igual que los demás factores que vienen a continuación. Sin embargo, durante períodos de crisis o incertidumbre económica como la que se está viviendo, es aún más relevante que un líder sepa leer las señales, desde las financieras hasta el comportamiento del mercado. Eso significa ser capaz de visualizar las fortalezas y debilidades de la empresa y del negocio, anticipar oportunidades y amenazas para tomar decisiones que favorezcan o, al menos, eviten un paso en falso en el manejo de la organización en cualquiera de sus niveles.

  1. Planificación

En términos de planificación, el punto clave es tener la capacidad de conjugar lo que se quiere lograr con aquello que se puede lograr, para luego definir cómo se va a lograr. Para eso, los líderes tienen que tener claro con qué recursos disponen y trazar un plan de acción que será llevado a cabo. Cuanto mayor sea el nivel de detalle de este punto, mayores serán las probabilidades de transitar por una senda controlada, reduciendo los riesgos a la mayor expresión posible.

  1. Liderazgo

Aunque pueda parecer obvio, el líder debe tener cualidades de liderazgo. En la práctica, se trata de aquél que es capaz de ejecutar lo que le corresponde, dirigir, delegar e influir positivamente en el equipo que está a su cargo. Y en tiempos difíciles, debe también tener la capacidad de mostrar el camino a los demás y lograr alinear a los demás para lograr un determinado propósito, haciéndoles saber su valor y transmitiéndoles seguridad para el momento que se vive.

  1. Manejo de equipo

Este punto está muy ligado al anterior, aunque incorpora elementos de conducción del equipo humano que está a su cargo, proporcionando las condiciones más estables posibles para que éste se desempeñe con eficiencia. También se relaciona con generar certezas, transparencia sobre la situación laboral y de la empresa, alejando y haciéndose cargo de rumores que atenten contra el clima laboral.

  1. Control de costos e inversiones

Cada peso cuenta. Por lo tanto, una buena gestión para tiempos económicos difíciles, como una recesión, es vital para mantener estable el negocio. Por eso, las habilidades de un líder deben incluir destrezas para controlar los costos de cada etapa del proceso de producción, así como de inversiones, ya que, en este caso, pueden representar una solución determinante para una empresa que necesita sobrevivir o superar la crisis y, gracias a la compra de una nueva máquina, la mejora de un sistema informático u otra razón, puede dar un salto de calidad.

  1. Evaluación y proceso de mejora continua

Las decisiones que son tomadas deben pasar por un estricto proceso de evaluación, que permitan identificar qué se hizo y qué no. En un marco donde los errores o malas decisiones deben reducirse a su mínima expresión, una gestión eficiente debe considerar de manera acuciosa todo proceso de evaluación. Y finalmente, todo debe apuntar a la mejora continua de toda la cadena de producción, con el fin de lograr los mejores resultados posibles con la menor cantidad de recursos, usándolos de la forma más eficiente.

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